Muchas de
las actividades que efectuamos diariamente conllevan el desecho de residuos que
terminan en el agua provocando contaminación.
El agua es un recurso indispensable no sólo para vivir, sino para llevar a cabo una gran cantidad de
actividades industriales, agrícolas y ganaderas. Lo mismo la necesitamos para
llevar a cabo nuestras actividades diarias que para la producción de alimentos,
por ejemplo.
Usos del agua y
riesgo de contaminación
Los recursos hidrológicos incluyen las aguas interiores o continentales
como ríos o lagos, y las oceánicas, que abarcan al
medio marino y costero. Ambos tipos son susceptibles de contaminación por la
gran cantidad de desechos que se depositan directamente en ellos en forma
indirecta cuando son arrastrados por la lluvia.
En México la utilización del agua ha aumentado enormemente como consecuencia
del crecimiento poblacional y del auge de las actividades industriales y, por
tanto, también se ha incrementado el volumen de aguas residuales.
Contaminantes orgánicos e inorgánicos
Podemos clasificar
los contaminantes del agua en dos grupos: Los orgánicos están formados por desechos generados por seres vivos: restos de
comida, cáscaras, cadáveres de organismos, excremento, etc. Los inorganicos incluyen sustancias químicas peligrosas: plomo, arsénico, mercurio... además de
detergentes, insecticidas y fertilizantes.
Aunque los desechos orgánicos son biodegradables, representan un gran
problema para los organismos que viven en el agua.
Contaminación del agua por desechos industriales
Conforme avanza la civilización, aumentan las necesidades de adquirir diversos productos, y con ello, también se incrementa el número de industrias que compiten para producir esos satisfactores.
Algunas industrias son responsables de contaminar el agua con sustancias
tóxicas, en ocasiones mortales, como el plomo, mercurio, cromo, cadmio,
etcétera.
Contaminación del agua por desechos agrícolas
Debido a la creciente demanda de alimentos, las técnicas de cultivo se
han desarrollado notablemente y también se ha incrementado el uso de sustancias
químicas, algunas (fertilizantes) con el objetivo de mejorar los nutrientes del
suelo, y otras (plaguicidas, insecticidas y herbicidas) para eliminar la fauna
o vegetación nociva.
Los fertilizantes pueden ser orgánicos como el estiércol, el abono verde
o la composta; o inorgánicos, que
incluyen sustancias químicas derivadas del nitrógeno, fósforo y potasio
principalmente.
Contaminación del agua por desechos provenientes de hospitales
Los residuos hospitalarios constituyen una de las principales y más
peligrosas fuentes de contaminación del agua, ya que contienen agentes patógenos y sustancias tóxicas. Éstos se
consideran peligrosos porque de acuerdo con sus características pueden contener
contaminantes corrosivos, reactivos, explosivos, tóxicos, inflamables o
biológicamente activos.
Este tipo de desechos incluye material de curación, medicamentos,
reactivos químicos utilizados en laboratorios clínicos y forenses de los
hospitales, accesorios de radiología, etc.
Contaminación del agua por residuos domésticos
En este rubro se incluyen todos los residuos desechados por casas,
escuelas, comercios, mercados, etc. Se trata de una larga lista de materiales
sólidos entre los que se cuentan desechos orgánicos, papel y cartón, pañales
desechables, vidrio, plástico, metales o textiles.
La basura acumulada en tiraderos abiertos en ocasiones en arrastrada por
la lluvia, y sus componentes, al pudrirse, llegan a los mantos acuáticos subterráneos y contaminan el agua.
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